Celebremos las pequeñas victorias
NADA MÁS LEJOS DE LA REALIDAD
Cada vez que somos capaces de superar un aprendizaje, de vencer un obstáculo, de trepar un impedimento, nos hacemos más fuertes, más sabios, más personas. Porque aprendemos a perseverar en el esfuerzo, a relativizar los problemas ya que tenemos experiencia de que los podemos afrontar, tenemos constancia de que somos competentes y por tanto, sabemos que tenemos capacidades, descubrimos nuevas fuerzas y aumentamos nuestra autoestima. Aprendemos a confiar en nosotros mismos y en nuestro desarrollo personal.
La mala humildad nos hace tratar de disminuir nuestros logros, minusvalorar nuestros actos efectivos, despreciar o dejar de ver nuestros avances y nos hace dependientes de la alabanza y la adulación ajena. Es un veneno que nos desintegra internamente.